El Dr. Joseba Muñoz, geriatra, ofrecerá la charla Desnutrición y Fragilidad en la Persona Mayor el próximo jueves, 20 de junio, a las 18:00 en el Tinglado de Tolosa, en el marco de la campaña Osasuna Kalean que Asunción Klinika está desarrollando a través de su Fundación Assumptio Proinnova. En la siguiente entrevista pone en relieve este problema que afecta al 10-15% de la población mayor de 65 años y aumenta exponencialmente con el paso de los años.
¿Cuál es la relación entre fragilidad y nutrición?
Desde Geriatría definimos como fragilidad a todas aquellas situaciones crónicas que afectan a la calidad de vida de las personas, sobre todo, al aspecto funcional de los más mayores. La desnutrición, por su parte, que es un síndrome que afecta a la nutrición de las personas en general, puede hacer que esa fragilidad aumente. Hay muchas personas que con buena nutrición tienen fragilidad, pero, curiosamente, todas aquellas personas que tienen desnutrición van a tener fragilidad.
La fragilidad es el paso anterior a la dependencia...
Eso es. La enfermedad crónica en personas mayores en sinónimo de dependencia, y la fragilidad es el paso anterior. Tenemos que actuar en el primer escalón, que sería la persona mayor sana, para que no pase a ser frágil, que sería el segundo escalón.
¿Cómo actuar en ese primer escalón?
A nivel médico, en la Atención Primaria o en la residencia de ancianos, tenemos que evitar que esa fragilidad se rompa, que pase a ser enfermedad. Como su propio nombre indica, frágil significa que se puede romper en cualquier momento, no sólo por fractura, también por infecciones respiratorias, etc. Ten en cuenta que una persona con bronquitis crónica, insuficiencia cardíaca, diabetes o hipertensión está en un estado de fragilidad, pero que no se ha manifestado en la enfermedad. En el momento en que se manifieste esa persona se volverá dependiente.
¿Qué porcentaje de la población sufre fragilidad?
En un domicilio el 10-15% de las personas sufren desnutrición. La fragilidad se sitúa entre el 7 y el 12% entre personas de 65 años, pero aumenta exponencialmente con el paso de los años. En el caso de 70 y 80 años alcanza el 25-30%. Lógicamente, en una residencia de mayores es prácticamente el 100%; no ya de fragilidad, sino de dependencia.
¿Cómo atajar el problema?
En principio, la primera parte viene de uno mismo, que es el mejor médico. También trabajar en la información, en la formación, y en la prevención. Es una labor importantísima. Quizás, ahora estamos viviendo más años por eso: la gente ya sabe qué es el colesterol bueno, cuál es el malo, la importancia de la actividad física, etc. En segundo lugar, destacaría la Atención Primaria. Que tengamos conciencia de que tenemos muchísimas cosas que hacer que no sólo nos van a abaratar los costes de evitar una hospitalización por neumonía, sino que van más allá. También nos mejora la calidad de vida, y ese aspecto de la prevención para mí es básico. Y, sobre todo, en personas mayores, tenemos que fomentar una buena nutrición, la actividad física, las actividades sociales, étc.
¿Es cierto que las personas frágiles dejan de comer adecuadamente, lo que agrava su situación?
El problema no es que se coma bien o mal. El problema de la malnutrición son la bajada de defensas, lo que trae infecciones sobre todo respiratorias. Nos van a dar problemas en todos los órganos, pero el mayor será la sarcopenia: debilidad general, muscular, riesgo de caídas… Una fractura nos da debilidad y nos lleva a la dependencia.
¿Cómo saber si una persona está desnutrida?
Una persona de 88 años que está desnutrida, lo está no porque esté comiendo bien o mal, sino porque no come lo que necesita, o porque sus requerimientos energéticos son mayores, porque ha sufrido una fractura o ha estado hospitalizada. También existen otros factores. Por ejemplo, la depresión o el hecho de vivir sola hacen que esa persona no esté comiendo adecuadamente. Hay un montón de parámetros los que influyen, a veces cosas tan circunstanciales como no poder acceder a la compra, o tener problemas económicos.
¿Qué importancia tiene la actividad física para prevenir la fragilidad?
Creo que van unidas. Uno de los mayores problemas de la fragilidad son la sarcopenia y el déficit funcional. Es decir, no funcionamos de la misma manera que antes; ahí entran la falta de equilibrio y la falta de fuerza. El ejercicio físico compensa esos problemas, por lo que en una persona mayor el ejercicio se vuelve fundamental.
¿En qué tratará la charla del jueves?
Vamos a hablar de la desnutrición desde un enfoque médico. Definiremos sus causas en lo que respecta a personas mayores. El envejecimiento, las enfermedades, la soledad, los problemas económicos, problemas de funcionalidad, falta de ilusión. También ahondaremos en las consecuencias de la desnutrición: fragilidad, sarcopenia, infecciones… Por último, hablaremos de la prevención. Qué puede hacer la sociedad en general para prevenir la fragilidad, desde la atención primaria hasta la administración pasando incluso por los políticos.
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